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Desengaño puerto de mar
Cuando llegué a Madrid, recalé en Desengaño, una calle con ambiente portuario, a la que se llega por la calle del Barco (ahora sería de la Patera) y me quedé en el número 13. Desengaño, 13 me parecía una buena dirección, toda una declaración de principios. Cuando, con la maleta, el saxo y algún aparato analógico de los que más tarde usaría en Clónicos, doblé la esquina que divide Barco con Desengaño, miré hada arriba y vi un reloj, varado, que me sonreía. Una pedrada le había obligado a marcar siempre las diez menos diez, un rictus simpático, que me pareció una buena señal de bienvenida.
El resto de las imágenes que me crucé, y que he ido viendo durante todos los años que llevo viviendo aquí, me hicieron pensar en los puertos de las películas de blanco y negro. En Desengaño, como en esas cárceles de mar, están, a buen precio, todos los placeres prohibidos. Chicas, chinos que venden comida y papel de plata recortado para poder hacerse unos ídem;
chivatos, camellos, sirleros, vagabundos, leyendas como Pili, todo un personaje trash al que John Waters debería echar un vistazo, y porteros, controladores de puertas, que seleccionan la clientela de los sex shops y los clubes en los que las chicas hablan ruso y polaco. Hay tiendas con nombres perfectos para la zona, como la droguería Riesgo, y todo desemboca en la plaza de la Luna, guía de una calle que vive de noche y que, de día, queda tapada por las tiendas (quien calcula, compra en Sepu) y por edificios de lujo de un grupo de comunicación, Prisa, que parece una metáfora de los que van a comprar sustancias que hacen pasar el tiempo menos deprisa. Clientes de a pie o motorizados, que pasan como ráfagas, con la música techno sonando a toda pastilla. Sonidos que se cuelan en la música que voy construyendo. El sonido del desengaño, de la esperanza, del placer, de la Luna y de la Gran Vía, la gran vía de la vida. Justo
Bagüeste es músico, ha formado parte de los grupos Clónicos y Los Chatarreros
de Sangre y Cielo y ahora milita en el colectivo IPD.
El Mundo.
Este articulo aparecio publicado en el suplemento Metropoli, el 20 de Abril de 2001 |
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El
próximo 13 de junio sale Bestiario, el nuevo disco
de Justo Bagueste.
En "Bestiario" vuelven a mezclarse los sonidos de
electrónica analógica y de instrumentos míticos como
el mini moog con la tecnología punta y su
personalísimo saxo ,que nos presenta una galería de
animales imaginarios que asustan a los mayores y
atraen a los niños.
En
este disco han colaborado Suso Saiz, Silvia Grijalba, Javier Colis,
Susana Cáncer, Cristina
Rosenvinge, Javier Almendral y Angel Altolaguirre
entre otros
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Ha
producido "Yo
no lo sé",el disco de debut de Susana
Cáncer (La Ecléctica Madrileña,V2) , que saldrá a
la venta el 3 de mayo |